Un venezolano se reía de manera forzada pretendiendo descalificar las opiniones de otras personas durante un programa... lo que nunca pasó por su mente es que ofende quien puede y no quien quiere; se le olvidó que la comunicación es más gestual, de lenguaje corporal, que sonidos al viento... ello parecía imposible para alguien egresado en Comunicación Social, para alguien que fuera titular del Ministerio de Comunicaciones y que actualmente es el Presidente de un canal de televisión.
No, quiero corregir, nada de eso se le olvidó.
Mejor es la hipótesis que indica que estuvo consciente y partió de otro criterio: "se la estaba comiendo" y de seguro recibiría reconocimientos y elogios de sus mentores y supervisores, corrijo de nuevo, de su único supervisor, del gran jefe.
Sin embargo, nada de ello ocurrió. Al contrario, las redes sociales se llenaron de los más disímiles comentarios en su mayor parte descalificando la bufonada del peón de oficio.
Ante la imposibilidad de corregir por su parte, aunque hubiera querido no hubiera podido pues el programa era en vivo, sin edición y muchos, muchos lo vieron, terminó su intervención espetando invitaciones y calificativos sobre el programa, sobre los invitados, sobre la cadena de televisión, sobre su país libre de crímenes y de bandas armadas. Había terminado su actuación.
Así transcurrió esa noche y vino el día siguiente y luego el otro, con más testimonios gráficos de lo que los oficialistas pretendían ocultar vendiendo el sofá de la mujer infiel: la criminalidad reflejada en muchos cuerpos sin vida colmando una morgue, de una ciudad cualquiera, otrora Sultana del Avila en un país muy parecido a cualquier otro tropical, bananero, cuasianalfabeta pero con muchas botas para oprimir.
Continuará el llanto de quienes sobrevivan a sus difuntos, blancos de ataques criminales a diario y a noche, especialmente, en las zonas pobres del país tropical.
El reloj sigue andando y las viejas horas diarias van dejando estela de ineficiencia, corrupción y desverguenza. Se aproxima la fecha de unas elecciones... veremos qué sucede. Si la risa tuvo razón y compañeros de viaje, si quienes estaban equivocados eran los cuerpos sin vida por haberse dejado fotografiar. El 26 de septiembre de 2010 podremos saber por dónde van los tiros.
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